¿Qué es una lesión muscular?

Una lesión muscular trata de una rotura fibrilar, que es la lesión del tejido, que conlleva una hemorragia. Todo esto da fruto a un dolor que puede ser más o menos fuerte, que hace difícil que puedes mover la zona dolorida. Las lesiones musculares son una consecuencia del mal entrenamiento físico o una sobrecarga del mismo. 

 

¿Cuándo se produce una lesión muscular?

La lesión muscular se produce cuando el músculo o tendón se estira en exceso o se rompe. Normalmente este tipo de lesión ocurre cuando estamos practicando algún tipo de actividad física o deporte, pero también puede suceder al levantar objetos muy pesados. 

Otras causas por las que puedes sufrir una lesión muscular son:

  • Por falta de flexibilidad
  • Lesiones mal tratadas
  • Un viejo desgarro
  • Fatiga muscular severa
  • Un esfuerzo muy violento
  • Entrenamiento excesivo o insuficiente

 

Síntomas de lesión muscular 

Los principales síntomas son dolor agudo, hinchazón, sentir dificultad al mover la zona afectada… Una lesión muscular puede ser desde una leve molestia hasta un fuerte dolor, ello dependerá de la gravedad de la lesión. 

Si es muy grave, se trata de un desgarro muscular y se llega a producir un hematoma muy intenso e inflamación en la zona afectada. Si el dolor es muy intenso puede derivar en shock, aunque no suele pasar. 

¿En qué zonas se puede producir una lesión muscular?

  • Músculos de la pantorrilla
  • Cuádriceps
  • Músculos isquiotibiales 
  • Músculos paravertebrales

 

¿Cuánto tiempo me lleva recuperarse?

Pues esto dependerá siempre del tipo de lesión que tengas, si es leve, moderada o grave. 

  • Leve: recuperación de 8 a 10 días.
  • Moderado: recuperación de 2 a 4 semanas.
  • Grave: recuperación de 1 a 4 meses. 

Puedes sufrir un desgarro parcial o un desgarro total. El desgarro parcial es la rotura de algunas fibras musculares, mientras que el desgarro total la rotura es de la mayoría de las fibras casi en su totalidad. 

 

Tratamiento de una lesión muscular

Un tratamiento básico normalmente incluye:

  • Reposo: No hagas actividades que te causen más dolor, ¡no seas masoca! 
  • Frío: Ponte hielo en la zona dolorida de 7 a 10 minutos unas cuatro veces al día durante varios días después de la lesión. Recuerdo NO APLICAR HIELO DIRECTAMENTE EN LA PIEL. Ello será para que la hemorragia no se extienda más y poder reducir la inflamación. 
  • Antiinflamatorios: Nos alivian el dolor. Recuerda que cuando vayas a retomar la actividad física debes dejar de tomar los medicamentos para que estos no “camuflen” el dolor.
  • Calor: Sólo aplicarás calor cuando vayas a retomar la actividad física. 
  • Estiramiento: Cuando el dolor vaya desapareciendo un poco y ya no sea tan fuerte, debes comenzar a estirar hasta donde el dolor te permita. Hazlo durante unos 10 segundos unas 4 o 6 veces al día. 

 

Ante la persistencia de dolores fuertes recomendamos no sobre esforzar la parte afectada y visitar a un especialista, ya que te puedes lesionar aún más y dejarla incapacitada durante varios meses.

 

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